Es el momento de despedirnos... El hermoso viaje que comenzamos juntos llegó a su fin.
¡Qué lindo es mirar para atrás, como asomándose por una ventana y recordarte con esa carita ansiosa, con tu guardapolvo blanco, tu mochila nueva y un montón de cuadernos para realizar tus tareas.
Trabajamos mucho, como hormiguitas laboriosas, sin descuidar los detalles, compartiendo y ayudándonos a crecer.
Compartimos paseos, aprendimos muchísimo, disfrutamos de las tardes de sol haciendo gimnasia con la "Tana", cantamos y bailamos con Alicia, disfrutamos de la sala de informática con María...conocimos juntos un poquito más del gran Amigo: Jesús.
Debo reconocer que disfruté mucho estando contigo, porque tu entusiasmo y curiosidad me contagiaron y renovaron cada día.
Junto a tu familia intentamos hacer de tí una buena persona, quisimos educarte en libertad, hacer que crecieran tus alas para ayudarte a volar durante toda tu vida.
Hemos pasado momentos buenos y de los otros. Me quedo con la carcajada, la emoción, la sorpresa, los perdones, el juego, la alegría...
Puse de mí lo mejor. Pido perdón por aquellas cosas que me salieron mal, aún proponiéndome hacerlo bien.
Yo te aseguro que en mi corazón, siempre habrá un lugar para ti...
Querida familia hoy ya forman parte de mis afectos. ¡Gracias por haberme confiado al tesoro más grande, tu hijo!
Les deseo MUY FELIZ NAVIDAD y que reine la Paz en vuestros hogares.
Con todo el cariño de quien mucho los quiere...
Carolina